Hemos estado 11 personas (tres familias con cinco niños entre 6 y 14 años), 3-5/11/2017
La casa está nueva y muy bien decorada al estilo "castellano rústico" (las fotos no le hacen justicia, es más bonita) y muy bien equipada cocina, baños, barbacoa, chimenea ¡todo!... Limpia-limpísima, da gusto. Colchones estupendos, dormitorios amplios, armarios y percheros en abundancia, presión en las duchas ... ¡qué mas puedo decir!
Para los niños hay wii y Play Station aunque tengo que decir que no la han usado (de lo cual me alegro) y no lo han echado de menos en absoluto. Ha habido juegos de mesa, escondite, subida y bajada de escaleras... Ha sido un fin de semana diferente en todos los aspectos
Por falta de tiempo y porque las noches eran frías, no usamos el patio con barbacoa. Nos queda pendiente para la próxima (porque habrá próxima!)
Lo único que no es tan cómodo es la distribución del salón para que un grupo grande se siente a charlar, pero es por la forma que tiene, no creo que se pueda hacer mejor. Pasamos casi todo el tiempo entre el comedor y la cocina que están unidos.
Luis, el dueño, encantador, nos recibió con la casa calentita: la chimenea y el horno de leña de la cocina encendidos. Además hay calefacción con termostatos en cada planta y las ventanas son buenas (aislantes). Nos asesoró de todo lo que le preguntamos para hacer y ver en la zona (tanto al llegar como por whatsapp) y nos enseñó su bodega particular... todo fueron facilidades y atenciones desde el primer contacto, hasta nos puso una cama adicional para un "añadido" de última hora. Se agradece un trato así, de verdad.
El pueblo, pequeño, no es gran cosa comparado con los cercanos Lerma o Covarrubias, aunque no le faltan carnicería, panadería, tienda de conveniencia y bar, pero no deja de tener su encanto con su iglesia románica, el pilón lleno de peces, un agradable paseo junto al río y, sobre todo, "Territorio Artlanza" que nos sorprendió gratamente, de verdad merece la pena.
Un 10 absoluto