La casa se encuentra en un valle precioso, con mucho pino, zona muy verde, y zona de cultivo. Todo son masías alrededor.
La zona de las habitaciones está en la parte baja de la casa y eso hacía que estuviera especialmente fresco, que ahora en verano se agradece mucho.
Está muy cerca de un pantano precioso, limpio y tranquilo donde nos hemos ido a bañar varias veces.
Por la noche no hace nada de calor, salíamos a comer a la mesa que tiene en el exterior y nos quedamos absortos mirando la cantidad inmensa de estrellas que pudimos ver allí.
Un fin de semana genial que seguro que repetimos.