Hemos estado esta semana, y no sabemos cómo describir lo bien que nos lo hemos pasado. Los dueños son encantadores, te hacen sentir como en tu propia casa.
El lugar espectacular, la vistas magníficas e inolvidables y la casa fantástica( las fotos no hacen justicia a como es en realidad).
Está en una aldea pequeñita de pocos habitantes,( por cierto, muy amables) una tranquilidad increíble( no se escucha ni un ruido) que es lo que íbamos buscando ya que vivimos en el centro de la ciudad.
Ya no es temporada de piscina y aún así nos la dejaron abierta.
Tienen todo decorado con muy buen gusto. Recomendado para personas que sepan cuidar y valorarlo.
Volveremos!!!
Gracias!!!